Presencia Global
25 de Octubre de 2021 | 13:22
Ascensores

El mantenimiento de ascensores en Madrid, es vital

Muchas personas experimentan cierto grado de claustrofobia a la hora de utilizar un ascensor. En función de cada persona y de su situación o contexto, ese grado puede ser más alto o más bajo. Sin embargo, a pesar de ello, y a menos que el trastorno fóbico sea realmente incapacitante, la mayoría de esas personas utilizan el ascensor a pesar de ello. Porque, al igual que ocurre con el miedo a volar, el ascensor, como el avión, son recursos necesarios en la vida de cualquier persona. Con ambos nos desplazamos y llegamos a donde necesitamos llegar, aunque en última instancia hablemos de dos cosas diferentes.

Pero si un ascensor abarrotado de personas en los tiempos de la pandemia de la COVID-19, en una ciudad ya de por sí llena de gente como Madrid, de repente se avería y atrapa a muchas personas dentro hasta que la situación se arregle, el autocontrol de esas personas puede venirse abajo. Dicho de otro modo, un buen mantenimiento de ascensores en Madrid es lo que separa a las personas con claustrofobia de sufrir un ataque de pánico. Aunque, por supuesto, a pesar de las importantes labores de mantenimiento de los elevadores de cualquier edificio, que debe llevarse a cabo con cuidado y con prudencia y de manera periódica, la avería puede llegar igualmente.

Por esa razón, los protocolos de mantenimiento siempre deben ir acompañados de planes de actuación concretos y específicos en materia de reparación de ascensores de Madrid. No solo es importante predecir los accidentes o las roturas de ascensor más comunes y la acción inmediata que se debe llevar a cabo, sino que también habría que dedicar una parte del plan en cuestión a decidir de qué manera habría que calmar a las personas afectadas para que su salud mental y física no sufra las consecuencias.

En definitiva, cuando se lleva a cabo el montaje de ascensores en Madrid, no solo se está instalando un aparato, sino que se desarrolla un servicio. Todo él debe desarrollarse, en la medida de lo posible, con normalidad, sin riesgos de ningún tipo para las personas.