La combinación exitosa de publicidad tradicional y online
Muchos de nosotros todavía seguimos consultando las vallas publicitarias o los carteles de los tablones de anuncios callejeros, esos que anuncian unas jornadas de ocio, un concierto o una manifestación.
Es lo que entendemos por publicidad tradicional, aquella que por fuerza siempre implica una inversión en impresión al relacionarse de manera directa con la comunicación en físico con los clientes potenciales. Lo positivo de este tipo de publicidad, y el motivo principal por el que la publicidad digital no la ha sustituido al cien por cien, es que llega a ingentes cantidades de personas.
Lo negativo es que desconocemos el perfil de dichas personas, por lo que resulta muy complicado estimar si nuestra campaña será un éxito y retornará a nosotros la inversión.
Ese es el motivo por el que, hoy en día, ninguna agencia de publicidad, y en general ninguna empresa de cualquier ámbito que tome la decisión de contratar a asesores expertos en marketing y publicidad, se plantea llevar a cabo campañas de publicidad callejera sin equilibrarlas también con campañas de publicidad online.
Es importante combinar las ventajas de ambos tipos de publicidad y conseguir así muchos más beneficios que fracasos, pues la mezcolanza del marketing digital y de la publicidad de siempre neutralizan mutuamente las desventajas de ambos tipos de campaña. Así, los gastos de impresión de carteles pueden volver a nosotros también en forma de retorno de inversión en campañas SEM, que, realizadas conjuntamente con técnicas de posicionamiento SEO, nos permiten llegar a un público concreto cuyas características podemos estudiar a fondo.
La publicidad es un universo cambiante cuya metodología evoluciona y se adapta a los nuevos tiempos, siempre en función del desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación, las preferencias estacionales de los usuarios y los clientes potenciales, y los cambios de paradigma en cuanto a tipología de tiendas, comercios y negocios específicos.
Quién sabe si llegará el día en el que la publicidad tradicional claudique del todo ante la publicidad realizada a través de internet. De momento, sigue siendo necesaria; negarlo es tan absurdo como negar la potencialidad del universo virtual.