Presencia Global
22 de Mayo de 2019 | 10:10
Empresas

Organización empresarial: opciones financieras y análisis DAFO

Cuando se toma la decisión de emprender y previamente se ha hecho los deberes, las personas aspirantes a crear, consolidar y administrar su propio negocio tienen claras las pautas a seguir.

Hay que gestionar con prudencia los fondos económicos disponibles y dar los pasos necesarios para conseguirlos, sean en forma de ahorro, de subvención pública o de minicréditos rápidos. También es fundamental analizar minuciosamente la estructura empresarial que se desea conseguir y establecer un borrador.

En dicho borrador aparecerá el sector en el que la empresa se moverá, su valor diferencial, la tipología de cliente ideal y un briefing de diseño de marca, entre otras cosas.

A continuación, el procedimiento es sencillo: se crea la marca, se registra el nombre de la empresa, se compra un dominio web, se alquila un local, se registra el negocio recién nacido y se obtiene el CIF, y se recluta personal mediante sitios web corporativos de networking o redes sociales como LinkedIn. Fácil, ¿no? Al menos lo es sobre el papel.

Pero el emprendedor entusiasta muy pronto se da cuenta de que, por desgracia, la práctica no es tan fácil. Sabemos que debemos administrar bien el dinero, pero ¿cómo y en qué decidimos invertir sin experimentar pérdidas económicas grandes a corto, medio o largo plazo? Claramente debemos estructurar el futuro negocio, pero ¿qué tipo de esquema elegir, cuando existen muchas formas de hacerlo y no todas son efectivas?

El futuro o la futura CEO se da cuenta entonces de que nada es sencillo, y de que acometer esta empresa épica en solitario tal vez sea un error enorme. Incluso entonces se da cuenta de que no es sencillo contar con un segundo de a bordo y con un equipo de trabajo digno, pues no todo se reduce al currículum y a las competencias.

A la hora de contratar, hay un aspecto importante que se basa en la intuición. ¿Podemos confiar en esta persona? ¿Trabajaremos bien con ella? ¿Entenderá los objetivos y los llevará a cabo? Equivocarnos con un negocio, un proyecto abstracto, es duro, pero causa mucha más ansiedad tropezar a la hora de confiar en otros seres humanos para hacer parte del trabajo.

Dicho esto, salta a la vista que no podemos sencillamente tener en cuenta los pasos a seguir para arriesgarnos a emprender, sino que es nuestra obligación desarrollar con todo lujo de detalles todas esas fases establecidas de manera general y adaptarlas no solo al negocio que queremos, sino a nosotros mismos, a nuestra forma de trabajar y a los recursos económicos de los que disponemos.

La financiación, de hecho, debería establecerse en primer lugar. No es lo mismo crear el proyecto con nuestro propio dinero a confiar en la ayuda de préstamos online que ofrecen prestamistas o de entidades públicas para hacerlo, esa cuestión en apariencia insignificante cambia mucho el procedimiento a seguir.

En cuanto a la manera de desarrollar el esquema de la empresa en sí misma, una vez que la hemos enmarcado en un sector y hemos localizado aquello que nos diferencia, a nuestro cliente potencial y a nuestros principales competidores, la opción más sensata es la de crear un análisis DAFO, una herramienta que para muchas personas emprendedoras ya es indispensable.

DAFO son las siglas de Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades, y se trata de un esquema de origen anglosajón desarrollado para establecer los parámetros positivos y negativos de la empresa tanto a nivel interno –Amenazas, Oportunidades– como externo –Debilidades, Fortalezas–. De esa manera, sabremos cómo de fuerte es el esqueleto de nuestro negocio, y cómo de bien se integra en el contexto empresarial de nuestro ámbito profesional.

Aunque también hay muchas maneras de desarrollar un análisis DAFO, existe una serie de campos esenciales que deberían estar presentes siempre, entre ellos el de los propios recursos financieros.

También hay que incluir aquí el marketing, la organización humana y técnica, la producción, el mercado, la competencia o el entorno geográfico. ¿Es el análisis DAFO la respuesta a todas las plegarias de los emprendedores con respecto a la organización exacta y cómoda de un proyecto empresarial? En gran medida sí, aunque no es la panacea.

Todo lo demás reside en la propia actitud, en ejecutar acciones y tomar decisiones con acierto.