Comprar un piso sin ahorros y en pandemia

Resulta evidente, ahora que nos hallamos casi en plena mitad de nuestro segundo año de pandemia, que la crisis sanitaria del coronavirus dará por finalizada, al menos en cierto sentido, cuando la mayor parte de la población esté vacunada. Pero ¿y la crisis financiera de ella derivada? Esa es la pregunta a la que cualquier persona, sea cual sea su capital económico, teme responder. En apenas año y medio hemos visto empleados sometidos a ERTES, empresas familiares que han tenido que cerrar y sectores profesionales en peso que han necesitado ayuda del Gobierno para salir adelante. En este contexto, por tanto, surge una pregunta: ¿qué ocurrirá si queremos comprar un piso?

Ya de por sí, comprar casas o inmuebles se había convertido en una misión compleja para un amplio sector de la población y por efecto de la crisis económica anterior a esta. Por lo tanto, si responder a la pregunta de cómo comprar un piso sin ahorros ya era difícil antes, ahora, con los fondos económicos regionales y nacionales patas arriba y redistribuidos según las prioridades más inmediatas, es todavía peor. En efecto, partimos del supuesto de individuos o familias que deseen pedir una hipoteca sin ahorros, ya que será el caso de la mayoría de la población.

Sin embargo, por muy negro que parezca el futuro lejano, y también el más inmediato, siempre hay soluciones. Encontrarlas, eso sí, supone un ejercicio de búsqueda constante, en su mayor parte a través de internet. Solo ahí encontraremos el ofrecimiento de ayuda que esperábamos, el de intermediarios especializados que nos ayudarán a gestionar los procesos hipotecarios partiendo de nuestras circunstancias personales. Por ejemplo, nos podrían comunicar que una solución a nuestro alcance podría ser la refinanciación de deuda, y naturalmente nos explicarían con todo lujo de detalles en qué consiste, y cuáles son los pros y contras de seguir ese camino.

¿Es muy difícil comprarse una casa durante una crisis económica derivada de una pandemia global? Sí. ¿Es imposible? Rotundamente no. Solo tenemos que intentar ser pacientes y contactar con los profesionales que, gracias a sus conocimientos, nos ayudarán a conseguirlo.