Presencia Global
11 de Febrero de 2021 | 12:31
Tecnología

Función, necesidad y precios de las salvaescaleras

Todos nosotros estamos, hasta cierto punto, familiarizados con las sillas salvaescaleras. Es posible que la política de accesibilidad sin barreras arquitectónicas del edificio de viviendas en el que vivimos sea la adecuada y ya haya una instalada en las escaleras que dan acceso a los pisos superiores o, como mínimo, al ascensor, si este no se encuentra directamente en la planta baja. También es posible que tengamos un familiar que, sea por los motivos que sea, como que ya es de edad avanzada o tuvo un desafortunado accidente hace tiempo, ha necesitado instalar una en su propia casa porque vive en una casa de dos o más plantas, con ático o con sótano, o con ambos.

En cualquier caso, que hasta cierto punto sepamos qué son las salvaescaleras y para qué sirven no significa que realmente seamos conscientes de la capital importancia que tienen a nivel social. El colectivo de personas con movilidad reducida puede que porcentualmente sea una minoría, pero esa minoría está compuesta de muchísimas personas que tienen derecho a conseguir una vida cómoda y digna, sin dependencias excesivas de otra gente, en la medida de lo posible. En la actualidad, cuando la vida se ha vuelto más complicada incluso en lo cotidiano porque la pandemia de la COVID-19 ha limitado mucho nuestras libertades, esta necesidad es aún mayor.

Por eso, deberíamos hacer el esfuerzo conjunto de aprender un poco más sobre cómo funcionan, qué modelos existen y cuáles son mejores en función de unas circunstancias o de otras y, en última instancia, cuáles son los precios de salvaescaleras. Esto último, por ejemplo, puede servirnos si llegado el momento en nuestro propio edificio la comunidad de vecinos debate sobre la conveniencia de instalar una o no porque existen personas que la necesitan.

Si sabemos de antemano cuánto cuestan, que realmente son asequibles y que hay muchas maneras de alcanzar conjuntamente el precio total, estaremos haciendo un bien muy grande. El beneficio directo irá para los vecinos que usen a diario una silla de ruedas, pero nosotros también seremos un poco más humanos y empáticos con las circunstancias ajenas.