La exclusividad de los coches privados con conductor
A veces, no ya por motivos de placer, sino por trabajo, nos hemos visto obligados a hacer un viaje en avión muy largo, de muchas horas, probablemente en clase turista, muy apretados y muy cansados, por paradójico que suene, de estar sentados y sin movernos. Solemos abandonar el vehículo con una sensación intensa de agarrotamiento y percibiendo el aturdimiento lógico de habernos pasado mucho tiempo en el aire y sobre las nubes, empezando por los efectos de la presión en nuestra cabeza. Por añadidura, y debido a la pandemia de la COVID-19, no estamos en el mejor momento posible para quedarnos encerrados con otras personas aun con mascarilla y aire acondicionado.
Por lo tanto, cuando aterrizamos lo primero que queremos evitar e tener que usar otro transporte público, este más abarrotado de personas tal vez, durante al menos media hora más. Por ejemplo, el metro o el autobús. Si tenemos la suerte de que nos recogerá un compañero de trabajo o un familiar, o si nosotros mismos queremos invertir dinero en ello, esta segunda fase del viaje podemos evitarla contratando los servicios de alquiler de vehículos con conductor. Dicho así, y a priori, una persona poco familiarizada con este servicio pensará que no hay gran diferencia entre esto y un taxi.
Pero sí la hay, porque la personalización del alquiler de coches con conductor, a diferencia de los taxis, es total en prácticamente todos los sentidos posibles. Un taxi, en efecto, también es un vehículo privado en el sentido de que lleva a una persona sola, o a la persona y sus acompañantes; sin embargo, es lo que hace a lo largo del día, de modo que otra gente se ha montado de manera constante en el vehículo. Cuando alquilamos vehículos con conductor, sin embargo, pagamos por un coche y un conductor específicamente solo para nosotros.
Así, el conductor, ese día, trabajará para llevarnos adonde queramos de manera exclusiva, y también trazará todas las rutas que necesitemos. Queda claro, pues, que es la mejor opción tras un agotador viaje en avión, pues enseguida llegaremos a nuestro alojamiento o adonde queramos.