Por qué emprender delegando responsabilidades corporativas
Un buen emprendedor sabe que el futuro CEO no puede ser la persona que tome todas las decisiones empresariales en función de sus propios caprichos, sino que debe adoptar siempre una actitud humilde y de escucha para con sus empleados, especialmente si son especialistas en aquello que no domina.
Porque sí, la persona emprendedora tiene una idea clara de negocio, es la que ha pensado qué tipo de proyecto desea desarrollar y qué valor diferencial pretende establecer. Pero su proyecto no saldría adelante sin la ayuda inestimable de, como mínimo, personas que actúen a la vez de consejeras y compañeras de trabajo en materia de marketing, de finanzas, etc.
Por lo tanto, la inversión en forma de préstamos rápidos sin papeles en materia de contratación y de recursos humanos debe hacerse con la firme intención de aprender a delegar en todas esas personas. Naturalmente, los CEO deben tener un control casi absoluto de todas las esferas de la empresa y deben estar enterados/as de todo el desarrollo de la pyme para saber si se avanza por el buen camino.
Pero, en esencia, el CEO solo dirigirá de una manera genérica la empresa y marcará las pautas. No se pondrá a escrutar complejos presupuestos ni controlará la solicitud de préstamos online de WannaCash.es o subvenciones. No elaborará las campañas estratégicas de marketing en internet ni el calendario de eventos corporativos. Sí las supervisará, por supuesto.
Pero, ante todo, el o la CEO, como cabezas visibles de su empresa que son, han de entender que en numerosos aspectos son uno más y que no pueden asumir la responsabilidad de todas las facetas empresariales, porque la empresa en sí se vendría abajo.
Una empresa solo crece y se consolida cuando cada persona que trabaja en la misma hace su parte y la hace bien, y para eso es esencial que dispongan de libertad de toma de decisiones en su campo. Al fin y al cabo, quien dirige la empresa ha contratado a esas personas para asumir una serie de responsabilidades. Debe aprender, por tanto, a confiar en ellas y a dejar que actúen con criterio.